Anahita Ratebzad  fue una política afgana del antiguo Partido Democrático Popular de Afganistán y ministra del gobierno de la República Democrática de Afganistán. Fue una de las primeras médicas afganas, una de las primeras diputadas del Parlamento y la primera mujer afgana en desempeñar un papel activo en el gobierno de su país.

En los últimos días estamos viendo como todos los medios de comunicación hablan sobre cuál será el futuro de la población afgana a medida que los talibanes retoman el control de su país y se instala un régimen autoritario y fundamentalista que atenta contra los derechos fundamentales de toda la ciudadanía. 

Pero para más de la mitad de la población, las mujeres y las niñas, esta realidad se torna dramática. Se tiende a pensar que Afganistán siempre estuvo instalado en un sistema político-religioso fundamentalista, pero nada más lejos de la realidad. 
Es un buen momento para recordar a Anahita Ratebzad, madre de la liberación de la mujer afgana y defensora de la igualdad y los derechos de las mujeres.

Anahita Ratebzad  fue una política afgana del antiguo Partido Democrático Popular de Afganistán y ministra del gobierno de la República Democrática de Afganistán. Fue una de las primeras médicas afganas, una de las primeras diputadas del Parlamento y la primera mujer afgana en desempeñar un papel activo en el gobierno de su país.

Nació en la aldea de Gildara, provincia de Kabul, el 1 de noviembre de 1931. Se vio obligada a casarse a los 15 años con el Dr. Keramuddin Kakar, uno de los pocos hombres afganos educados en el extranjero, un cirujano. 

Estudió en el liceo Malalai, en Kabul, y se licenció en enfermería en 1954. En 1962, cuando las universidades de su país también se abrieron a las mujeres, se graduó en medicina por la universidad de Kabul.

En 1957, el velo se volvió opcional en Afganistán, y Ratebzad dirigió un grupo de enfermeras para conseguir atender a los pacientes masculino sin tener que llevar el pañuelo, lo que supuso una revolución tanto en la atención médica como en la igualdad de derechos en el trabajo para las mujeres. En los siguientes años, los fundamentalistas islámicos la acusaron de difamación por esta iniciativa. Su marido, que apoyaba al monarca afgano Zahir Khan, se separó de Ratebzad. Permanecieron separados, aunque no se divorciaron.

Ese mismo año, encabezó la delegación de mujeres afganas para asistir a la Conferencia Asiática sobre la Mujer en Ceilán, fue la primera vez que las mujeres afganas asistieron a una conferencia de este tipo. 

En 1964, fundó la Organización Democrática de Mujeres Afganas, y el 8 de marzo de 1965, Ratebzad y otras mujeres afganas organizaron la primera marcha a través de Kabul en celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

Consiguió ser en 1965 una de las cuatro mujeres elegidas para el parlamento de Afganistán en representación de la provincia de Kabul, formando parte del primer grupo de mujeres legisladoras en la historia del país.

Participó en la fundación del Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA), que consiguió tomar el poder en 1978. Año en el que estalló la Revolución de Abril en Afganistán. Ratebzad escribió una famosa polémica que apareció en la edición del 28 de mayo de 1978 del New Kabul Times: “Los privilegios que las mujeres deben tener por derecho son educación igualitaria, seguridad laboral, servicios de salud y tiempo libre para criar una generación sana para construir el futuro del país…. Educar e iluminar a las mujeres es ahora un tema de gran atención por parte del gobierno”.

Cuando triunfó la Revolución de abril, el nuevo primer ministro, Nur Mohammad Turaki, nombró a Ratebzad ministra de Asuntos Sociales.

Más tarde, durante los años de la revolución socialista de Afganistán, ocupó varios puestos en el gabinete y también como embajadora en Yugoslavia y Bulgaria. De 1980 a 1985, fue vicepresidenta del Consejo Revolucionario, el equivalente a vicepresidenta de Afganistán. Ninguna mujer ocupó antes ni después un puesto tan alto en el país.

En 1992, después de la caída del gobierno progresista como consecuencia de un complejo juego de política internacional geoestratégica que llevó al poder a fundamentalistas religiosos, Ratebzad se vio obligada a huir del país. La atacaron por su política socialista pero sobre todo fue perseguida por su papel como líder de la liberación de las mujeres afganas. Inició un exilio que la llevó por India, Bulgaria y Alemania, donde falleció el 7 septiembre 2014 con 82 años. 


 

Compartir en :